Otro
Mendekano encontramos también, pero esta vez en otro estamento
social más mundano, como poseedor de una Patente de Corso
con la que "intervenir" en la mar cualquier cargamento
de los entonces barcos considerados como enemigos.
No es fácil imaginar una noche en que el Artza comienza
a alborotarse con el reparto del botín recién descargado.
Hay que ir a celebrarlo, y qué mejor que con los mismos
barriles de ron que han "confiscado" en aquel barco
de hugonotes. Gritos, cánticos y achuchones a la vera de
la Cruz junto a la casa de Simitur. Y mucho ron. !Qué no
habrá escuchado esta plaza que tanto nos gustaría
oir!.
Poque antes de que llagaran los
piratas y corsarios a Mundaka, estuvieron los banderizos de la
Edad Media, yendo y viniendo entre las Casas Fuertes de entonces,
guerreando entre ellos como posesos, según cuentan las
crónicas, durante siglos: en esta comarca, fueron los mortíferos
clanes de Arteaga, Muxika o Butroi, los que fueron deshaciendose
entre ellos y volviendo a reconstruirse para volver a la batalla
de nuevo. |
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Unos
trescientos aņos duraron aquellas llamadas Guerras de Bandería
que también en Mundaka dejaron su huella.Y es una de aquellas
familias guerreras uno de los escudos que se pueden ver pintados
en la fachada principal de la Casa de Simitur: el de la Casa de
Arteaga con sus dragones esquinados.
Aquí no había princesas
ni príncipes ni dragones, que a cambio estuvieron bien
presentes los incendios y saqueos, la muerte. Pero si había
reyes, y fueron éstos, los llamados Reyes Católicos
de la recien creada España, quienes al fin impusieron "su"
Orden y Concierto, descubrieron América y asentaron uno
de los primeros estados europeos. Y los saqueos y la muerte cruzaron
el Atlántico a por nuevos horizontes vírgenes a
sus ojos.Allí se encontro de todo.
En 1576 se ha fechado que llegó
de América, cruzando el ancho mar en una embarcación
cualquiera, la planta de maíz. Fue toda una revolución:
la Revolución del Maíz, se le llamó, que
permitió a las campas verdes de todo el Señorio
de Bizkaia multiplicar por dos y medio su productividad eliminando
el año de barbecho. |